Es triste pero cierto! Aún más por lo delicioso que es comer cosas dulces. Es algo que siempre he amado y que considero mi debilidad.
Pero la verdad es que cuando controlamos el exceso de azúcar qué consumimos, nuestros picos de insulina se regularizan. Comenzamos a sentirnos más estables, con más energía y concentración. Todo esto pasa porque nuestro cuerpo simplemente no está preparado para procesar los excesos que le metemos a nuestro cuerpo al consumir carbohidratos con un índice glucémico (velocidad: entre mas grasa más lenta la absorción) alto.
Yo pienso que excedernos un poco de vez en cuando no debe representar un gran problema y mucho menos tener cargo de consciencia. En lo personal no soy fan del radicalismo, sino de pequeños cambios que se conviertan en hábitos.
Este año que comencé a adentrarme aún más en la alimentación orientada a mejorar mi salud y me di cuenta de algo que no sabía. Y eso fue que la alta cantidad azúcar que usualmente consumía me provocaba ansiedad. Pero estaba tan acostumbrada a sentirme así que para mí era normal.
En conclusión, a veces nos acostumbramos a sentirnos de cierta forma o tolerar ciertos síntomas que consideramos “normales”. Pero sí nos detuviéramos un poco a pensar y analizar nos daríamos cuenta de que algo no anda tan bien como creíamos.
Adentrémonos a aprender sobre cómo mejorar nuestra salud. Al final nuestro cuerpo es el motor que día a día nos mantiene andando y si no lo cuidamos tarde o temprano terminará fallando, por más garantía que tenga.
SI TE GUSTÓ ESTE POST COMPARTELO